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miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Qué puedo hacer para mejorar la salud de mi bebé?

Mi respuesta más simple es: háblele. Sí… háblele. Sé que a muchos les parecerá extraño, y espero no causar revuelco en las ideas de los pediatras que logren leer éste blog. Más sé muy bien que las palabras de nosotros los padres causan enormes efectos en nuestros hijos. Y ¡Atención! estos pueden ser positivos ó negativos. Dependiendo el mensaje.
Puedo abiertamente decirte esto y asegurarte ser verídico debido a que lo respalda la palabra de Dios en Proverbios 18:21 donde dice “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos”. (Énfasis añadido)
Estimado lector, sea que usted crea en el Señor Jesucristo ó bien no tenga la dicha de conocerlo, le pido que observe atentamente la frase y comprenda que no se trata de religión. Le estoy hablando de confesar con su boca bendición para su bebé, bendición para su vida, bendición para el trabajo de sus manos.
Si anteriormente no lo habías practicado, te puedo dar ejemplos que puede que te suenen conocidos:
-          Dígase a sí mismo yo puedo.
-          Soy una persona capaz, inteligente, hermosa.
-          Utilice siempre palabras positivas.
-          Espere siempre lo mejor (de lo que haga o de la otra persona).
-          Entre muchas otras que utilizan los motivadores a lo largo y ancho del mundo y en el idioma que mejor lo prefiera.
Los grandes filósofos de siglos pasados lo descubrieron, lo pusieron en práctica, lo enseñaron y hoy cientos de personas exitosas disfrutan de sus frutos. Es común escuchar esas frases de motivadores locales e internacionales. Ahora… mi pregunta es: Sí con sólo yo profetizarle a mi hijo (creyendo) puedo hacer de él/ella una mejor persona ¿Vale la pena hacerlo? Mi recomendación es que si no lo ha hecho, empiece cuanto antes. El infante, niño ó adolecente no dejará de ser su hijo por recibir palabras de bendición de la boca de sus padres. Además, si usted no lo hace, en la calle tiene una escaza posibilidad de encontrar personas que lo hagan. Mi corta experiencia y la suya son testigos de ello.

Por otra parte, sé que traemos en cola el tema de cómo ahorrar en los gastos de nuestros hijos, sin embargo el consejo que te expusimos no es para ellos solamente. Puedes aplicar el poder de tus palabras en todo lo que hagas. Tu trabajo, tus negocios, tus relaciones interpersonales, tus inversiones, tus finanzas personales, tus ahorros, etcétera. Los resultados extraordinarios los obtienen personas ordinarias que realizan actividades extra-ordinarias. Realiza la prueba por una semana y al final contabiliza tus resultados. Es muy sencillo solamente tienes que abrir tu boca con palabras positivas, afirmativas, de aliento, de inspiración, de bendición y el mensaje en tus oyentes hará la otra parte. Es algo así como plantar semillas buenas en cada actividad, trabajo, proyecto ó persona. Al llegar el tiempo oportuno, la semilla dará su fruto.

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